lunes, 16 de agosto de 2010

Las aventuras de Dana II: ¡¡¡Vacaciones!!!



Hola a todos de nuevo.
Estoy muy emocionada, ¡¡¡estamos de vacaciones!!! Y son mis primeras vacaciones "en familia". La verdad es que ya nos hacían falta. Sam lleva unas semanas muy estresado. Es el jefe de contabilidad de una importante empresa de logísitica, y como va a estar todo el mes de vacaciones quería dejarse todo listo y preparado antes de irse. Por eso las últimas semanas llegaba tarde a casa, y tan cansado y desmejorado que apenas comía algo y se quedaba frito en el sillón. Elsa y yo nos los mirábamos con cara de preocupación, ella me hacía un guiño y yo le despertaba con un lengüetazo cariñoso. Así Elsa podía enviarlo a la cama antes de que la mala postura le causara males mayores. Luego nos mirábamos cómplices... tenemos que cuidar a nuestro "chico".
Pero por fin llegó el viernes, su último día en la oficina. La noche anterior lo preparamos todo para que ese mediodía, en cuanto Elsa volviera de su trabajo (ella es directora de recursos humanos en una pequeña editorial y en verano hace jornada intensiva), pudiera cargar las maletas en el coche, recoger a Sam en su oficina y salir en dirección a nuestro destino. Ayudar a Elsa a preparar las maletas fue muy divertido hasta que me tocó a mí elegir cuales de entre mis muy numerosos juguetes me llevaría. Tras una negociación durísima en la que de nada me sirvieron mis caritas más lastimeras, decidí que me llevaría mi pelota nueva, un par de muñecos de goma y sobretodo a "Pequeña A-tuin", mi tortuga de peluche. Mi favorita, el primer regalo que me hicieron las dos personas que más quiero. No pensaba ir a ningún sitio sin ella.

El viaje no fue muy largo (unas dos horas), pero como todo lo que veía era nuevo para mí, todavía se me hizo mucho más corto. No podía dejar de mirar por la ventanilla, no quería perderme nada. Y fue muy divertido, nada más subirse en el coche, Elsa puso el reproductor de música con Anastasia sonando a toda potencia y ella y Sam cantaban a duo todas las canciones. Yo intentaba acompañarlos... pero no me las sabía, así que intentaba seguir el ritmo. Supongo que los demás conductores debían pensar que estábamos un poco locos. Pero era maravilloso volver a escuchar a Sam reir, tras las duras jornadas pasadas.

Y ahora aquí estoy, en un pequeño pueblo del pirineo. Rodeado de bosques y lagos. Y montañas tan altas que asustan sólo con mirarlas. Estamos en una casita de piedra y madera llamada masía, y es tan antigua como el tiempo. Si las piedras hablaran me contarían un montón de historias emocionantes. Historias de monjes y guerreros, de hadas y princesas, de duendes y trasgos. Pero como las piedras no hablan me he tenido que buscar algún nativo que me las quisiera contar, así que el primer día decidí salir de exploración, para conocer el lugar y a sus habitantes. Así conocí a Cobi, un gos d'atura blanco. Trabaja con el pastor del pueblo, y se da unos aires de importancia sólo porque con un ladrido pone firmes a las ovejas... ¡¡¡Cómo si eso fuera tan difícil!!!. Yo vi en la tele que eso podían hacerlo hasta los cerdos. Además me miraba por encima del hombro por ser un perro de ciudad, que según dice son unos snobs. Pero cuando vio que me revolcaba en el primer charco que encontramos, cambió de idea sobre mí. Y ahora somos amigos. Cada tarde, cuando baja de la montaña y encierra a las ovejas, viene a verme y charlamos. Me cuenta historias fantásticas y alguna de miedo. Y me explica que toda su familia se ha dedicado de siempre al pastoreo, su madre hasta ganó un importante torneo comarcal. Me ha invitado a subir un día a la montaña con él... pero no se si aceptaré. Todas las mañanas voy de excursión con Sam y Elsa. Ayer visitamos un lago enorme y precioso. Y disfrutamos de un divertido baño. ¡¡¡¡¡Aunque el agua estaba helada!!!. Me lo pasé genial salpicándoles de agua.

Y he conocido a muchos animales. A Flavio, un cerdito muy gruñón... ¡¡¡ni siquiera me permite revolcarme en "su" barro!!!! ¡¡¡menudo egoísta!!! Vale, sí, ya se que no debería hacer eso, pero es que me encanta. Y sí, Elsa siempre me regaña por hacerlo... pero ¡¡¡es tan divertido cuando nos bañamos los tres juntos!!!Terminamos los tres empapados, llenos de espuma pero riendo absolutamente felices.
También hay un gallo muy madrugador, que despierta a todo el pueblo. Y al que Sam odia y desea ver en una cazuela. No, no penséis que es por maldad. Sam es incapaz de hacer daño a una mosca. Pero el pobre madruga mucho durante el año, así que en vacaciones le gusta dormir hasta tarde, y el "maldito gallo" no le deja dormir a gusto.
Y no quisiera olvidarme de Lucrecia, una gatita atigrada medio asilvestrada que vive en la casa de al lado. Suele vagabundear por todo el pueblo y sólo acude a casa a la hora de comer y para dormir. Dice que no hay nada como sentirse libre y ser la dueña de su propio destino. Que no soporta que nadie le diga lo que tiene de hacer. Su "dueña"(es un decir) es una ancianita muy dulce, amable y divertida. Vive sola en su casa, pese a que ha cumplido ya los 90 años. Pero no quiere irse a la ciudad con su hija. Dice que eso la mataría en dos días. Creo que ya se de donde ha sacado Lucrecia esas ideas. Lucrecia se ha convertido en mi mejor amiga aquí. Y eso de que los perros y los gatos se llevan mal no es cierto. Juntas lo pasamos muy bien.

Y me temo que esto es todo por hoy. Elsa viene hacia aquí con cara de querer recuperar su notebook y preguntándose "¿qué demonios hace una perrita bien educada enganchada a la red?"

¡¡¡Guau guau, guau!!! (hasta pronto, amigos)



6 comentarios:

Paquita Pedros dijo...

Hola cielo que bella historia la de Dana
un beso corazon y feliz semana

Anónimo dijo...

Hola Luna.

Muchas gracias en nombre de Dana. Le está pillando el gusto a esto de la escritura. A este paso se va a quedar con mi blog. XD

Buen semana y besitos de jengibre.

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

xDD a mí lo de Dana y Cobi me recuerda a Heidi y Pedro xDD. No me esperaba lo de "viene Elsa a por el notebook, ¿qué hace una perrita enganchada a la red?" xDD

Anónimo dijo...

Jajajajajajajajaja... Pues te aseguro que no lo pretendía. En realidad el nombre viene de Cobi, la mascota de las olimpiadas de Barcelona'92 y diseñado por Javier Mariscal. Era una especie de perro raro, y en teoría de esa raza que menciono en el cuento; una raza de perro pastor que se utiliza en el pirineo...

¿verdad que es divertido ese final? Ni te imaginas lo divertido que lo estoy pasando cuando escribo estos cuentos.

Besitos de jengibre.

Canoso dijo...

jejejejejej muy buena crónica, ten cuidado jengibre, que empiezan con un pequeño mensaje y luego te quitan el blog je je je

Besos

Anónimo dijo...

Hola Canoso.

Sí... de momento ya me ha "ocupado" un gadget en la barra lateral... pero como me descuide me hecha del blog. XDDD

Besitos de jengibre y buen fin de semana.

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