domingo, 16 de septiembre de 2012

Carta abierta a: Albert Espinosa.





Querido Albert.

              Hace siglos que quiero escribirte esta carta y la verdad es que no sabía ni como empezar. Me temo que soy extremadamente tímida y la idea de escribirle a un desconocido me parecía un poco una locura. Supongo que también pesaba en mi ánimo el pensar lo que tu pensarías al recibir en tu correo una carta de una perfecta desconocida contándote su vida, en como habías influido en ella... Creo que eso era lo que me daba más respeto. Porque esa es una manera de entrar, de invadir tu intimidad, y no me parecía correcto. Por eso me he decantado por hacerlo de esta manera abierta.

             La idea de escribirte surgió cuando estaba leyendo El mundo amarillo, allá por el 2008. Diciembre de 2008, para ser mas exactos. El mes que cambiaría mi vida definitivamente, pero eso yo todavía no lo sabía. Pero creo que antes de eso, debería remontarme unos años antes. A marzo del 2003. Otro de los meses que marcarían mi vida, aunque en este caso era plenamente consciente de que iba a cambiar mi vida... eso si seguía teniéndola, claro. Ese mes me diagnosticaron un sarcoma sinovial en mi pierna izquierda. Y también por aquel entonces se estrenaba la película Planta 4ª, basada en tu propia experiencia con el cáncer. Ese fue el primer momento en que supe de tu existencia, aunque para mí todavía sólo eras un nombre en los títulos de crédito de una película. Recuerdo que cuando salí del hospital, quise ver esa película, de la que todo el mundo que la había visto hablaba maravillas, pero mi familia no estaba demasiado de acuerdo en que lo hiciera. Pensaban que quizás fuera contraproducente para afrontar lo que vendría. Pero siempre he sido una cabezota y me salí con la mía. Convencí a mi madre para que me acompañara y al final vimos la película. Las dos nos emocionamos muchísimo, reímos y también lloramos, y, salvando las diferencias de edad (pues yo ya tenía 35 años) reconocimos nuestra propia experiencia en el hospital. Además nos dió esperanzas, porque saber que el protagonista de la historia "vive para contarlo" es un estímulo increíble en tu propia lucha. Sabes que es muy duro, pero también sabes que se sale... sí Albert lo ha conseguido, ¿porque yo no?. Además, reconozco que mi estancia en el hospital fue muy "¿divertida?". Conocí a gente maravillosa, compañeras de habitación a las que nunca olvidaré; celadores, auxiliares, enfermeras y mi equipo médico que no sólo con su ciencia sino también con su cariño, mayor aún que sus cuidados, hicieron que mi periodo allí fuera muy agradable. Ellos tienen un pedazo muy grande de mi corazón. Y si no me escapaba por los pasillos a recorrer el hospital fue simplemente porque estuve casi todo el tiempo sin poder levantarme de la cama... que si no...

            Poco después, en La Maratón de TV3 dedicada a la lucha contra el cáncer, pude poner rostro a ese nombre que tanto me había ayudado en mi lucha. Recuerdo que me encantó tu aspecto tan cordial y cercano, y recuerdo también tus palabras, porque reconocía en ellas mis propios miedos y mis propias esperanzas. Y recuerdo que dijiste que tanto al principio de la enfermedad como al final, siempre te hacías la misma pregunta... ¿por qué yo?. Nada más cierto... Yo también me hice esa pregunta cuando escuché el diagnóstico... Pero para mi... No era cuestión de preocupar a mis padres, que bastante preocupados estaban ya...

             Y llegó diciembre del 2008 y El mundo amarillo llegó a mis manos... Recuerdo que lo llevaba conmigo el día que tenía mi visita anual con mi doctor. Nada como un buen libro para sobrellevar las horas de espera en el hospital. Cuando llegó mi turno, cual fue mi sorpresa cuando el doctor, mirándo la portada del libro, me dijo que también había sido uno de los doctores que te habían tratado. Sentí como que había una especie de coincidencia cósmica. Y sentí que debía escribirte, contarte mi historia... Ese diciembre también fue el año en que conocí al gran amor de mi vida... aunque la verdad, es que entonces tampoco sabía que era el amor de mi vida...

              Pasó el tiempo. El cáncer iba pasando poco a poco a un segundo o tercer plano de mi existencia. Mi relación se iba consolidando día a día... Seguía queriendo escribirte la carta, pero seguía encontrando los mismos peros que al principio... LLegó este año, y llegó el peor momento que he tenido que pasar hasta ahora... La relación sentimental que tenía y que parecía tan maravillosa, se rompió. Y fue como si mi vida entera se viniera abajo. Olvidé toda la fortaleza adquirida con el cáncer... en una palabra, me perdí en mi mismo dolor. Esa navidad mi hermano me regaló un libro. Algo raro, pues siempre suelen regalarme cosas prácticas... aun cuando saben que soy una lectora empedernida. El libro se titulaba "Si tú me dices ven lo dejo todo, pero dime ven". Recuerdo que abrí la primera hoja, esa misma noche, esperanzada... pero lo  volví a cerrar, llorando como una madalena y odiando a mi hermano por regalarme un libro que empezaba con una ruptura amorosa... cuando él mismo había pasado por un divorcio bastante traumático... Pero le dí otra oportunidad al libro... Y volviste a obrar la magia.. Sus páginas me sirvieron de brújula para volver a encontrarme a mi misma; para recuperar las fuerzas para luchar por un amor que valía la pena.
Que decir tiene que recuperé el amor... mejor aún de lo que fue, porque nada une más que superar crisis y dificultades.

             Pero lo que de verdad me ha animado a escribirte ha sido algo tan simple como el conocerte en persona. Este Sant Jordi firmabas libros en la plaza Cataluña y ahí estaba yo. Deseando conocerte. Mereció la pena las horas de espera. Fue genial. Para todos tenías una sonrisa y un montón de cariño. Y para mí fue muy especial, como visitar a un amigo de toda la vida... Uno de mis AMARILLOS, una de esas personas que marcan tu vida y la hacen mejor...

             Ahora espero con impaciencia tu nueva novela y que llegue abril de 2013... que será muy especial para mi. Ese mes, tras 10 años de lucha, por fin una raya cerrará mi historial... algo que soñaba en aquel 2003 y que como tú siempre dices: "si crees en tus sueños, estos se crearán"...

            Muchísimas gracias Albert, por ser parte de mi mundo amarillo. No cambies nunca, eres un tipo increíble, una especie de mago bueno, con el poder de tocar la vida de otras personas y hacerlas mucho mejores.

                                                                                            Atentamente.
                                                                                                       Jengibre.

P.S.: Mi madre, que tan reacia era a ver Planta 4ª es ahora una fan y seguidora acérrima de Polseres vermelles...


domingo, 12 de agosto de 2012

Rinconcito poético XXIII


Hagamos un poema. (Guillermo Carnero)


Hagamos un poema,
con tu piel
y mis labios
con la brisa de noviembre
y los aguaceros de junio.
Pintemos de pájaros
y madrugadas
nuestras espaldas sudorosas.
Amamantemos nuestra sed
con el crepúsculo
tímido y solitario
que se corona de lunas
desparramadas
en las gotas
de los inviernos.


lunes, 6 de agosto de 2012

Carta abierta a Ray Bradbury.


Querido y admirado Ray.

Perdóname el tuteo, no es falta de educación, pero te he leído tanto y desde hace tanto tiempo que es como si te hubiera conocido de toda la vida.

Ya hace dos meses que nos dejaste y todavía no me puedo creer que no volverás a crear otro de tus maravillosos cuentos. Nos has dejado un poco huérfanos a todos los que amamos este fascinante mundo de tinta y papel.

Recuerdo aquel día de junio, cuando escuché la triste noticia. Estaba disfrutando de un día mágico. Uno de esos días en los que todo parece perfecto. Uno de esos dorados días de estío que te reconcilian con la vida y con el mundo. Y había tenido tan pocos de esos en este último año... Pero justo al atardecer, con los últimos rayos del sol escuché en la radio que te habías marchado para siempre. Y no pude evitar que las lágrimas y la pena inundaran mi corazón.

Pensarás que soy una exagerada. Sólo soy una más de tus millones de lectores... Pero tú para mí has sido un millón de cosas a la vez. Tu me despertaste, no la imaginación (me temo que esa se me despertó ya incluso en el vientre materno), pero sí me abriste los ojos a otros mundos. Leerte se convirtió en una aventura fascinante. Viajé a Marte... y no importa la imágenes que las sondas espaciales envíen del planeta rojo... para mí Marte siempre será como la imaginé cuando leía Crónicas Marcianas... Gracias a ti descubrí a otros escritores, gente como P. K. Dick o Stephen King.

Y crecí. Y la niña que soñaba con viajar más allá de las estrellas tuvo que aterrizar de golpe en la realidad. Idealista me llamaban, con ese tono despectivo que siempre utilizan los que han perdido la capacidad de soñar, y con el que suelen herir duramente. Olvidé los castillos en el aire, bajé de alfa-centauro y de mis estrellas soñadas. Leí a otros autores. Más convencionales. Muchos de ellos olvidables. Me volvía gris y fría por momentos...

Por suerte descubrí a Tolkien, y volví a soñar y a dejarme llevar por mi imaginación. Y la niña que fui volvió a surgir, con más fuerza si cabe. Dejó de importarme lo que otros pensaran de mi y llevé con orgullo mi idealismo. Regresé a mi alfa-centauro, mi estrella, más luminosa que nunca...

Eso me salvo. Eso me dio fuerza para enfrentarme al cáncer. Hice de la lucha contra la enfermedad otra  aventura fascinante. Y lo fue, vaya si lo fue. Y esa aventura me llevo de nuevo a ti y a tus libros. Al principio volver a leer Crónicas Marcianas fue un poco raro. Me llevaba a mi infancia, a una época en la que mi pierna estaba entera. Y eso me ponía un poco melancólica... Pero con cada uno de los cuentos que releía toda esa nostalgia quedaba atrás y sólo volvía a sentir la fascinación de la primera vez.

Y cuando me enfrenté a la página en blanco, nerviosa y asustada, tú eras mi maestro y mi inspiración. Surgieron mis primeros cuentos. Cuentos llenos de fantasía. Sencillos y humildes. Cuentos que sin ti nunca habrían surgido de las profundidades de mi mente.

Sé que hace mucho tiempo que no escribo ni una letra. Malos tiempos se han cernido sobre mi dejando mi creatividad casi agotada. Pero se que volveré a escribir. Tú seguirás enseñándome e inspirándome, porque la verdad, la única y auténtica verdad es que nunca te has ido... Sigues vivo en cada una de las líneas que escribiste.

Gracias Ray.









viernes, 20 de abril de 2012

Concurso de relatos de TMB.

Como el año pasado, he presentado un relato breve al concurso de relatos de TMB (la empresa de transportes de mi cuidad).
Mi relato se titula Lágrimas de princesa y os dejo el enlace para que podáis leerlo y votarlo si os ha gustado.

Este relato es muy especial para mí, porque ha surgido como mis primeros cuentos, improvisado en una hora y media... Pero sobre todo porque surge en una época en la que apenas he escrito una letra desde hace meses...

Espero que os guste. Y que leáis otros de los relatos a concurso, os aseguro que hay algunos muy buenos...

domingo, 4 de marzo de 2012

Rinconcito poético XXIII



No te aflijas (Shamsudin Hafiz)

No te aflijas: la belleza volverá a regocijarte con su gracia;
la celda de la tristeza se convertirá un día
en un jardín cercado lleno de rosas.
No te aflijas, corazón doliente: tu mal, en bien se trocará;
no te detengas en lo que te perturba:
ese espíritu trastornado conocerá de nuevo la paz.
No te aflijas: una vez más la vida reinará en el jardín en que suspiras
y verás muy pronto, ¡oh, canto de la noche!,
una cortina de rosas sobre tu frente.
No te aflijas si no comprendes el misterio de la vida.
¡Tanta alegría se oculta tras del velo!
No te aflijas si, por algunos instantes, las esferas estrelladas
no giran según tus deseos, pues la rueda del tiempo
no siempre da vueltas en el mismo sentido.
No te aflijas si, por amor del santuario, penetras en el desierto
y las espinas te hieren.
No te aflijas, alma mía, si el torrente de los días
convierte en ruinas tu morada mortal, pues tienes el amor
para salvarte de ese diluvio.
No te aflijas si el viaje es amargo y la meta invisible.
No hay camino que no conduzca a una meta.
No te aflijas, Hafiz, en el rincón humilde en que te crees pobre
y en el abandono de las noches oscuras,
pues te quedan aún tu canción y tu amor.

De "Los Gazales de Hafiz"



viernes, 10 de febrero de 2012

El hada Jengibre y la red social.


Los cuentos del hada Jengibre ya está en Facebook. Estreno la página del blog en la red social. En ella podréis encontrar todos mis cuentos y alguna cosita más. 
Huelga decir que estáis todos invitados a visitarme y que seréis más que bienvenidos.

domingo, 5 de febrero de 2012

El ángel oscuro.

Se sentía frágil y vulnerable. Y perdida. Nunca antes se había sentido así. Ella que se había ganado a pulso sus negras alas. La más fría y despiadada de todas las huestes de la oscuridad.
Su misión era sencilla, otro arcángel más que corromper, un nuevo ángel caído para sus filas... ¡y tantos habían caído!. No entendía porque esta vez había sido diferente.

Sólo era un arcángel más, y ni siquiera de los hermosos de las huestes celestiales... esos habían sido presa fácil para ella. Sólo un joven sencillo, algo tímido y retraído. De rostro dulce y ojos llenos de ternura. Ese fue su error. Nunca debió mirarse en sus ojos. En ellos vio reflejada su alma negra y comprendió que el veía su verdadero aspecto y aún así ponía su vida y su alma en sus manos. Y algo se rompió dentro de ella. Quizás fueran las rejas que aprisionaban su corazón. Pero lo cierto es que sintió un dolor lacerante en el pecho y no pudo condenar a aquel espíritu puro. Se alejó de él tan rápida como le permitieron sus alas, buscando un lugar donde esconderse y pensar. Sabía que estaba condenada, la oscuridad no toleraba los fracasos. Pero eso no le importaba, su ángel estaba a salvo. Encontró un escondite en un antiguo mausoleo semi derruído. Rodeada de ángeles de granito rompió a llorar recordando la ternura que siempre le había brindado, la dulzura con la que siempre la había tratado aún cuando él sabía quien era. Deseó con todas sus fuerzas que él estuviera allí, junto a ella. Que la abrazará y la protegiera. Por primera vez entendió lo que era el Amor y tuvo la seguridad de que le había perdido. Ella no se merecía su amor. Se dejó caer en el frío suelo de mármol, llorando sin consuelo hasta que agotada se quedó dormida.


jueves, 2 de febrero de 2012

Las aventuras de Dana. El regreso.



¡¡Guau, guau!!! (Hola a todos)

Sí, ya se que hace algún tiempo que no aparezco por aquí. No, no les he olvidado, pero me temo que he tenido más problemas de los previstos para volverle a hackear el notebook a Elsa. 
He necesitado Dios y ayuda para volver a tener acceso a la red. Por suerte me ayudo Neo, un pastor alemán amigo mío que me debía un par de favores... ¡¡¡hasta he tenido que hacerle creer que somos novios para que me ayudara!!!  Él tiene muy buena pata para la informática, su dueño es programador y de los buenos, así que él se da un poco de aires de grandeza, pero es un perro legal. Y no, no somos novios, pero como a todos los machos de todas las especies, le gusta creerse que es quien domina la situación. Soy demasiado joven para algo serio con nadie... Prefiero divertirme un poco. Y la verdad es que pretendientes no me faltan.


Pero ya hablaremos de eso. Mejor os cuento lo que nos ha pasado en este tiempo. Os diré que la familia a crecido un poquito. ¿Os acordáis de Lucrecia, la gatita atrigrada que conocí en vacaciones? ¡¡Pues ha venido a vivir con nosotros!! La anciana que la cuidaba falleció hace unos meses y la gatita no se quería ir con nadie, se quedaba en el cementerio, encima de la tumba de la que había sido más que su dueña, sin comer ni nada. La hija nos llamó muy preocupada. Pensó que quizas, como nos habíamos hecho amigas, con nosotros querría venir. Y así ha sido. Le ha costado un poco adaptarse a la vida en la gran ciudad, acostumbrada a su libertad, pero ahora ya es una "urbanita" más. Todavía la sigue echando mucho de menos, pero por lo menos ha seguido adelante con su vida (para que luego se dude de la lealtad de los gatos). ¡Yo me siento feliz de tenerla en casa, es como tener una hermana!


Pero Sam y Elsa no están tan "encantados". ¡¡Las travesuras se han multiplicado por dos!!! Vaya par nos hemos ido a juntar. Y es muy divertido ver como se ponen serios para regañarnos, pero por lo bajo se les escapa la risa... En el fondo no somos malas, sólo traviesas y juguetonas... Además, si a mí me salían de fábulas las caritas lastimeras no os podéis imaginar lo bien que le salen a Lucrecia!!! Las del gato con botas de Shrek no son nada comparadas con las suyas... 


Pero no os he contado lo mejor. Creo que la razón de que Lucrecia se esté adaptando tan bien se llama Calcetines y es un precioso gato siamés. Cal, como ya le llamamos entre nosotras, es el gato de Juan y Sara, un matrimonio amigo de Elsa. Al poco de que llegara a casa, nos invitaron un fin de semana a su casita de la playa. Pensaron que si se relacionaba con más gatos no le sería tan duro el cambio de aires. Se hicieron amigos en seguida. Cal es un seductor nato. Tenía loquitas a todas las gatas del lugar, pero me temo que le resultaba aburrido. Todos los machos son iguales, lo que les gusta es la emoción de la caza... en cuanto caemos rendidas a sus patas se aburren, te dejan y ¡¡a buscar una nueva presa!!!. Pero no se había topado nunca con alguien como Lucrecia, y creo que ahora el cazador ha sido cazado... Aunque tengo que reconocer que hacen buena pareja... 


Otro día os contaré más historias, veo que Sam se acerca con la correa... ¡¡¡es mi hora del paseo y Neo me espera!!!


¡¡Guau guau!! (Sayonara babies)





miércoles, 1 de febrero de 2012

AMOR en verso.


AMO, AMAS... (Rubén Darío)

Amar, amar, amar, amar siempre, con todo
el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo:
amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.

Y cuando la montaña de la vida
nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,
amar la inmensidad que es de amor encendida
¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!




sábado, 28 de enero de 2012

La Dama de las Estrellas 3ª parte.


Cae la noche sobre el poblado. Noche oscura, noche sin luna. Los aldeanos se refugian en sus hogares, al amor de un buen fuego en el hogar. En noches así el bosque es territorio de trasgos y demás espíritus malignos. 
Sólo un joven druida se atreve a adentrarse en el bosque sagrado en una noche así. Cada noche, en cuanto cae el sol, coje su dorada hoz y se dirige a un pequeño claro del bosque. Allí, en soledad, espera a que las estrellas iluminen el cielo. Estrellas tan luminosas y bellas como los ojos de su dama. Estrellas que le cuentan que ella sigue amándole.
Ya ha pasado un año desde aquella mágica noche en que el destino y amor llegaron a su vida. La quemadura que desfiguraba su rostro está casi cicatrizada y queda disimulada por una incipiente barba. Pero la quemadura que aquella bella y misteriosa dama dejó en su corazón no cicatrizará nunca. Aunque ha seguido con su vida, es imposible olvidarla. Busca en todas las jóvenes de la aldea el brillo y la dulzura de aquella a la que un día perdió. Búsqueda absurda, ninguna de ellas puede curar su herida. 
Por eso pasa las noches al raso, en el lugar donde sus destinos se unieron. Cierra los ojos y puede volver a sentir el sabor de  aquel beso. Pero llega el alba y las estrellas le abandonan. Se siente perdido. Daría todo su ser por volver a pasar una noche con ella. 
Esa noche siente que será especial. Las noches sin luna siempre lo son. Esas noches sus estrellas son más brillantes y luminosas que nunca. Y su corazón vuelve a llenarse de esperanza.
Camina tan abstraído en esas cavilaciones que no ha advertido que el claro está extrañamente iluminado. Cientos de lucecitas ténues y sutiles alumbran el lugar donde una vez bailó el ser más bello que pisó este mundo. Y rodeada de ellas su Dama le espera, regalándole sus últimas lágrimas, sus últimas estrellas.



domingo, 22 de enero de 2012

La Dama de las estrellas 2ª parte.





La Dama de las estrellas fue uno de los primeros cuentos que escribí. Y también uno de los más especiales para mi. Es el primer cuento(propiamente) que publiqué en el blog. 
Y creo que es de ley que el primer cuento que publique este año sea su continuación. Quizás porque tras el largo parón que supuso el año pasado para este blog, esta entrada es como un nuevo comienzo. 

LA DAMA DE LAS ESTRELLAS 2ª PARTE. 


Encerrada en su torre de mármol la tristeza consumía a Deneb. La que antaño había sido la más bella y brillante de las hadas nocturnas se iba apagando. Sus hermanas estaba realmente preocupadas por ella, ¿y si la perdían para siempre?. Pero no podían hacer nada por ayudarla o consolarla. Desde su vuelta se había encerrado en la torre y no permitía que nadie la visitara. Ni siquiera dejaba a entrar a Noa, que era más que una amiga para ella. Al principio no le dieron demasiada importancia, creyeron que con el paso de los días el dolor remitiría y les dejaría entrar en la torre, pero no fue así. Lo que más las preocupaba era que las brillantes estrellas que cada noche salían de la torre, sembrando de luz el vacío, cada vez eran menos brillantes y numerosas. Y eso no era una buena señal.
Noa no estaba dispuesta a perderla sin luchar. Acudió al Alquimista en busca de consejo y ayuda. Le explicó todo lo que sucedía y éste, que una vez fue mortal y sintió la gloria y el dolor que sólo el amor puede causar, supo a ciencia cierta que era lo que consumía la vida de Deneb. 
Y él, que no solía abandonar su laboratorio en el corazón del país de las hadas, acompañó a Noa a las montañas de la luna, para hablar con ella. Tenía que verla, hablar con ella, para poder encontrar un remedio a su dolor y su pena.
Pero Deneb no quería ver a nadie. Sólo accedió a recibirlos cuando el Alquimista le habló desde la base de la torre. Y ella no pudo negarse a recibir a aquel a quien tanto debían todas las hadas. Intentó componerse lo mejor que pudo, pero nada podía disimular sus ojeras, ni la tristeza de su alma. Trató de dibujar una sonrisa cuando vio llegar a su querida Noa, pero ¡había olvidado sonreír!. A Noa casi se le rompió el corazón al verla, corrió a abrazarla, a consolarla. Le repetía que todo iría bien. Deneb se dejó abrazar y consolar. Y por primera sintió que el nudo que había en su alma empezaba a aflojarse. Y notó como las palabras empezaban a salir como un torrente. Les contó todo lo que había pasado. Su encuentro con el joven en aquel claro del bosque y como su corazón sintió algo nuevo y extraño para ella, pero tan cálido y bello que se dejó llevar. También les habló del horror al ver el rostro desfigurado de su amante. Del dolor y la culpa de saberse la causa de su desgracia. Por eso había vuelto y se había encerrado en la torre. Por que su amor sólo servía para herir al ser al que amaba. Por eso estaba mejor sola. No quería volver a dañar a nadie más.
Noa no daba crédito a lo que oía. Deneb era la persona más buena y dulce que conocía. Y se rebeló contra su amiga por pensar eso.
El Alquimista había permanecido en silencio mientras Deneb hablaba, pero en su mente había surgido una idea. Conseguiría una poción que "enfriara" el brillo del hada. Perdería su brillo y luminosidad pero podría estar junto a su amado, si así lo deseaba.
La vida volvió a Deneb al escuchar las palabras de su creador. Recuperó la sonrisa y las lágrimas desaparecieron de su rostro. Bebió de un sorbo la poción, sintiendo como desde el primer sorbo el hielo apagaba su fuego y su brillo interior. Por un segundo sintió un poco de tristeza por todas esas estrellas que ya nunca surgirían, pero al recordar la dulzura de aquel beso, supo que hacía lo correcto.
Le dió las gracias al Alquimista y abrazó a Noa, que se resistía a dejarla partir. Entre ellas sobraban las palabras. Sabía lo mucho que le debía. Pero ahora debía marcharse. Debía buscar a aquel a quien tanto amaba. Debía saber si él seguía sintiendo lo mismo.



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