Cae la noche sobre el poblado. Noche oscura, noche sin luna. Los aldeanos se refugian en sus hogares, al amor de un buen fuego en el hogar. En noches así el bosque es territorio de trasgos y demás espíritus malignos.
Sólo un joven druida se atreve a adentrarse en el bosque sagrado en una noche así. Cada noche, en cuanto cae el sol, coje su dorada hoz y se dirige a un pequeño claro del bosque. Allí, en soledad, espera a que las estrellas iluminen el cielo. Estrellas tan luminosas y bellas como los ojos de su dama. Estrellas que le cuentan que ella sigue amándole.
Ya ha pasado un año desde aquella mágica noche en que el destino y amor llegaron a su vida. La quemadura que desfiguraba su rostro está casi cicatrizada y queda disimulada por una incipiente barba. Pero la quemadura que aquella bella y misteriosa dama dejó en su corazón no cicatrizará nunca. Aunque ha seguido con su vida, es imposible olvidarla. Busca en todas las jóvenes de la aldea el brillo y la dulzura de aquella a la que un día perdió. Búsqueda absurda, ninguna de ellas puede curar su herida.
Por eso pasa las noches al raso, en el lugar donde sus destinos se unieron. Cierra los ojos y puede volver a sentir el sabor de aquel beso. Pero llega el alba y las estrellas le abandonan. Se siente perdido. Daría todo su ser por volver a pasar una noche con ella.
Esa noche siente que será especial. Las noches sin luna siempre lo son. Esas noches sus estrellas son más brillantes y luminosas que nunca. Y su corazón vuelve a llenarse de esperanza.
Camina tan abstraído en esas cavilaciones que no ha advertido que el claro está extrañamente iluminado. Cientos de lucecitas ténues y sutiles alumbran el lugar donde una vez bailó el ser más bello que pisó este mundo. Y rodeada de ellas su Dama le espera, regalándole sus últimas lágrimas, sus últimas estrellas.
6 comentarios:
Me pase a saludarte,y leerte,un abrazo
Hola Fiaris!!
Un abrazo enorme para ti también!!!
Feliz domingo y besitos de jengibre.
Jengibre, mi hada favorita, hoy nombras al trasgu, que en la cultura Astur es un duende pequeño y juguetón que hace las perrerías más sonadas a los dueños de la casa donde vive. Lejos están esos trasgos malencarados y villanos. Espero que algún día escribas sobre ellos.
Hola Adivín...
¡¡¡Me encantaría escribir sobre los trasgus y las Xanas!!! Me encanta el folklore astur... bueno de hecho me encanta Asturias en general. Hace mil años estuve por allí y me quedé enamorada de esa tierra, a la que tengo muchas ganas de volver.
Eso sí, tendré que documentarme bien sobre esos personajes, uno de mis más fieles y exigentes lectores es asturiano...
Como ves ¡¡¡han vuelto las musas y las hadas!!! ¡¡¡¡HE VUELTO!!!
Besitos de jengibre.
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