lunes, 26 de diciembre de 2011

Una navidad especial.



Hoy quiero contaros un cuento muy especial. Uno de esos con un final muy feliz. Y lo mejor de todo es que es como esos telefilmes que tanto le gustan a mi madre... eso que dicen estar "basados en hechos reales"... Un cuento lleno de ternura y esperanza, pero también de valentía y tesón.

Érase una vez en un reino encantado vivía un joven príncipe muy feliz. Tenía todo lo que podía desear, una esposa a la que amaba y un hijo que colmaba de felicidad a todo el reino. Y cuando la joven princesa le anunció que estaba de nuevo en cinta creía que no podría ser más feliz. 


Pero una malvada bruja, envidiosa de la felicidad de la pareja preparó un poderoso bebedizo para helar el corazón de la princesa. Y como a la joven era muy golosa, la bruja vertió el veneno en un de los pastelitos favoritos de la princesa. Cuidando con mucho celo que el fatal pastel llegara hasta la princesa.


En cuanto la joven probó el dulce, cayó desvanecida, sin sentido. El príncipe apenas pudo hacer otra cosa que correr a su lado y sujetarla entre sus brazos. Pasaban los minutos y no recobraba el sentido. El médico de la corte tenía que tomar una dramática decisión, peligraba no sólo la vida de la princesa sino también del bebé que llevaba en su vientre. Tendría que sacar al bebé aunque todavía no era el tiempo. Pero sólo así podría tener la posibilidad de salvarlos a ambos. 


El bebé era muy pequeño, sólo pesaba 500g y estaba todavía muy inmaduro. Era muy difícil que saliera adelante. Se preparó una de las estancias del palacio para poder cuidar del pequeño. Pero de todas formas nadie se hacia ilusiones de que la criatura pudiera sobrevivir. 


Cuando la princesa se despertó, lo primero que vio fue la cara de tristeza de su esposo y supo que algo pasaba. El médico le explicó lo sucedido y ella sintió que el corazón se le paraba. Rompió en llanto, abrazada a su esposo. Pero éste la tranquilizo. Él se negaba a perder la esperanza. El niño estaba vivo y luchando con fuerza cada hora. Sabía que no sería fácil, pero algo dentro de él le decía que ese niño saldría adelante. Lo sabía por la manera en que se aferraba a la vida cada segundo.


Y cada día que pasaba les sorprendía con un nuevo progreso. El niño había salido tragón y cada día iba ganando peso. Y había salido peleón. sólo había que ver la fuerza con la que lloraba cuando le hacían algo que no le gustaba. En su estancia, protegido como si del útero materno se tratara, el niño se empeñaba en demostrar lo equivocados que estaban los que decían que no sobreviviría.


Y llegó el día de Navidad. El pequeño, que ya pesaba 2600g, estaba preparado para dejar su habitación especial y salir al mundo. Y ese fue el mejor regalo de navidad que sus padres y todo el reino recibió jamás. 


Y colorín colorado este cuento se ha acabado.


Hugo, este cuento es para ti.



12 comentarios:

Eric Lavergne dijo...

Hola Gengibre,
Cuanto tiempo sin pasar por aquí...y que agradable sorpresa encontrarme con este cuento tan lleno de valores positivos :)
Te deseo unas muy felices Navidades y un prospero 2012.

Nel Morán dijo...

Felices fiestas Jengibre, me encanta leer tus cuentos de nuevo.

Blogsaludos

Anónimo dijo...

Hola Sagitaire.

Hacía siglos que no escribía ningún cuento... y este es muy especial porque tras él hay una historia real y muy cercana a mi.

Te deseo lo mismo para ti. Que el nuevo año venga cargado de cosas positivas.

Abrazos y besitos navideños.

Anónimo dijo...

Hola Adivín.

¡¡¡he vuelto a escribir!!! Ese es quizás el mejor regalo de estas navidades... creí que no podría volver a hacerlo...

Así que en cuanto pasen las fiestas y la fiebre consumista de estos días y recupere mi rutina normal, volveré a escribir... siento que lo necesito...

Abrazos y besitos navideños.

Laura de Bife dijo...

Bellísima historia Jenjibre!!
Hermoso tu cuento y bellamente narrado!!
Muy Felices Fiestas y que tengas un excelente Año Nuevo!!!
Lau.

Canoso dijo...

Me encantan las historias con final feliz.

un besote Jengibre.

Anónimo dijo...

Hola Laura.

Muchas gracias, y como digo, lo mejor de este cuento es que es una historia real y muy cercana a mi...

Feliz año también para ti.

Abrazos y besitos navideños.

Anónimo dijo...

HOla Canoso.

A mi también me gustan, y ahora más que nunca necesito creer que al final todo siempre termina bien...

Abrazos y besitos navideños.

Alejandro Hernández y von Eckstein dijo...

Mejor regalo imposible!
Deseo que tengas un feliz 2012 lleno de prosperidad y mucha luz.

David del Bass dijo...

Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!

Anónimo dijo...

Hola Alejandro:

Te deseo lo mismo para ti. A ver si este año es un poco más propicio para todos.

Saludos.

Anónimo dijo...

Hola David:

Bienvenido a mi rincón. Muchas gracias por tu palabras.
Me temo que últimamente estoy un poco alejada de él. Espero estar más activa este año.

Mis mejores deseos para este año también para ti.

Saludos.

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