sábado, 31 de octubre de 2009

Isolda (quinta parte)

Isolda no era muy feliz en el internado. Había intentado congeniar con las otras chicas, pero desde el primer momento éstas la trataron como una advenediza.

Y la cosa no era mucho mejor con las profesoras. Recordaba el primer día, cuando la directora la recibió en su despacho y saludó afectuosamente a su madre, de quien dijo que había sido una de sus mejores alumnas. Entonces era todas sonrisas y amabilidad. Que distinta era ahora, toda severidad, y su sonrisa había quedado reducida a un perpetuo rictus de desaprobación. Enseguida se dio cuenta de lo muy diferente que era de su madre. No es que no supiera comportarse como una señorita bien educada. Hablaba un inglés perfecto, incluso mejor que algunas de sus compañeras; dominaba el francés con una soltura impresionante para alguien de su edad; tocaba el piano con corrección. El problema era que no ponía el corazón en lo que hacía. Su mente siempre vagaba por mundos imaginarios.

Además no le gustaba jugar al criquet, en realidad a ningún deporte. Únicamente le gustaba montar a caballo. Daba largos paseos por los terrenos del colegio, pero siempre en solitario. Y era rebelde y conflictiva. La directora tuvo que reprenderla duramente por pelearse con una compañera. Precisamente con la joven más encantadora y dulce del colegio, Annabel, la hija de Lord Rockwell, la mejor y más educada. A la pobre le había dejado feos moratones en la cara. Esperaba que no le quedaran marcas, era la más bonita de todas sus pupilas. La directora pensaba que lo había hecho por envidia y celos.

Lo que ella no sabía era que la “dulce” niña era en realidad una arpía egoísta y mandona, que se creía la reina del lugar, las demás eran sus súbditas y hacían lo que ella decía. Pero Isolda era demasiado rebelde para pasar por aquello. Por ende Annabel no dejaba pasar la ocasión de ser desagradable con ella, pero claro, delante de las profesoras se hacía la niña buena que quería ayudar a la recién llegada. Isolda soportó muchas de las pesadas bromas que le hizo, pero cuando llegó al extremo de insultar a su padre, no pudo ni quiso evitar el enfrentamiento. Recordó las peleas de su infancia, y le dejó la cara como un mapa. Le costó muy caro, porque evidentemente la directora creyó en todo momento a su favorita, pero valió la pena, hizo resurgir a la auténtica Isolda. Dejó de preocuparse por ser aceptada y volvió a ser ella misma. Lo bueno fue que después de ese enfrentamiento, las niñas se mantenían apartadas, ya no se burlaban, le tenían mucho miedo.

Como castigo le prohibieron los paseos a caballo y le impusieron la tarea de ayudar a la Señorita Lemon, la bibliotecaria. Aceptó el castigo impasible, en parte porque no le importaba demasiado, y en parte para que nadie notara lo mucho que le gustaba la tarea. La biblioteca era el lugar menos frecuentado por sus compañeras del colegio; así que estar rodeada de libros y lejos de esas frívolas, superficiales y egoístas era más un premio que un castigo. Lo peor de todo fue que la directora escribió a su madre explicándole el incidente. Y su madre, que siempre la había ignorado, le escribió una carta (la primera que le enviaba en meses) para decirle lo muy decepcionada que estaba de su comportamiento. Por suerte, junto con esa carta, recibió una de Manuel ¡desde París! Eso la emocionó. Desde que había llegado a Londres no había recibido noticias de él, a pesar de que ella le había escrito cada día desde que se habían separado.

La vida de Manuel tampoco había sido fácil desde que Isolda se había marchado. Ese mismo día abandonó el palacete y regresó con su familia. Sus padres le recibieron con los brazos abiertos, pero para sus hermanos era sólo un extraño con el que tendrían que repartir la escasa comida que tenían. Además creían que debido a su salud tan delicada no podría trabajar en ningún sitio y sería una carga. El pobre chico se había resignado a dejar sus estudios ahora que su benefactor había muerto. Sentía nostalgia de su amiga, pero aunque le había escrito cada día, no tenía respuesta. Buscaría un trabajo, tenía que ganar dinero para cumplir su promesa. Costara lo que costara, iría a buscarla.

Pero no se imaginaba que equivocados estaban todos. Al abrir el testamento del padre de Isolda, este deparó algunas sorpresas. La principal beneficiaria de su patrimonio era, evidentemente, Isolda; sin embargo mientras fuera menor de edad sus abogados gestionarían el legado. Pero también dejaba una importante suma de dinero a Manuel. Dinero que sería administrado por sus procuradores y que garantizaría la educación del muchacho en cualquier colegio o universidadque él decidiera.

Sorprendido y emocionado por esta muestra de generosidad de aquel al que había querido casi como un padre, Manuel decidió honrar su memoria. Aprovecharía ese inesperado regalo y sería el mejor. Ahora debía decidir dónde estudiaría. Se le daban muy bien las matemáticas, pero lo que realmente le gustaba era crear cosas. Recordaba las tardes que se había pasado jugando con un Meccano que el padre de Isolda le había traído a ésta de Londres. Buscó el consejo de uno de sus profesores, con el que siempre había congeniado. Él había estudiado física en la Sorbona de París, por eso le recomendó que estudiara allí. Le habló de L’Ecole Polytecnique, cuna de los mejores ingenieros. Si conseguía entrar, pues tendría que superar un examen muy difícil.

Alentado por su profesor, decidió viajar a Francia y solicitar el ingreso en dicha escuela. Si no superaba la prueba, se matricularía en la facultad de Física. No sentía pena por dejar su ciudad, en realidad nada le ataba a ella. Había pasado demasiado tiempo lejos de su familia, y ahora eran como extraños, demasiado distantes ya. Y París era una ciudad llena de oportunidades.

Se instaló en una pequeña buhardilla cercana a la universidad. Gracias a Isolda no tenía problemas con el idioma, se había empeñado en enseñárselo, aunque lo suyo no eran las lenguas. Le había costado horrores, pero ahora se alegraba de que lo hubiera hecho. Pensar en ella le puso muy triste. La ausencia de noticias suyas le preocupaba. Le había prometido que le escribiría cada día, y la conocía suficientemente bien para saber que lo haría. Por eso estaba claro que alguien interceptaba las cartas que se enviaban. Por eso se le ocurrió una idea algo descabellada pero que creía que daría resultado. Cuando Elaine les enseñaba francés les hizo mucha gracia que su nombre en este idioma pasara a ser femenino al añadir una ele más. Por eso, en lugar de “Manuel” firmó la carta que le estaba escribiendo como “Emmanuelle”. Así esperaba que la persona que las interceptaba la dejara pasar, pensando que era una chica quien le escribía. ¿Qué estaría haciendo ella ahora? ¿Sería feliz en ese lugar al que la habían enviado?




39 comentarios:

Nicolás dijo...

¡Excelente Jengibre! Vuelvo una vez más, a pasar por este blog. Para disfrutar aquí, de un cuento sin parangón.
Es un gran cuento, y la historia me está atrapando cada vez más. ¡Sigues así, Jengibre! ¡Que vas bienencaminada! Me encantó ayudarte un poco en algunos detalles, ha sido muy edificante. La historia es bellísima, y me tienes en el borde del asiento preguntándome: "¿Qué ocurrirá ahora!". ¡HUY! ¡Cuánta intriga!
Lo dicho, un gran cuento, una buena narradora.

¡Elen sila lumenn omentielmpo!

Anónimo dijo...

Bienvenido seas de nuevo, querido Nicolas.

Muchas gracias por tus siempre elogiosas palabras. Me alegra mucho que te guste la historia. La verdad es de todas las historias que he escrito ésta es la que me está exigiendo más. Cada entrega me deja agotada mental y anímicamente. Así que tus palabras me animan para recuperarme cuanto antes y seguir escribiendo. Porque a este paso, esto se va a convertir en La historia Interminable...

Lo dicho, gracias por pasarte por aquí.

Nicolás dijo...

Al contrario, es todo un placer pasarme y comentar. Y tranquila, se nota que vas progresando, y que cada vez mejoras un poco más. Creo que eso es lo que verdad cuenta, porque estás avanzando a lo largo que escribes y es una experiencia muy grata.
Y me place saber que mis palabras te animan a seguir escribiendo, me estás manteniendo con tanto suspenso que pensando en que podrías dedicarte a la literatura policial y serías bastante buena. Lograríasx que el lector se consumiera preguntándose y tratando de desentrañar el enigma, y créeme, creo que esta historia es genial. Creo que será tu gran Best Seller, pero aún no sabemos qué vendrá después...
... ¿La historia interminable? No sé... no se me ocurre ningún otro nombre para ponerle a Isolda y entrar a su mundo...

Anónimo dijo...

No lo creo Nicolas. No creo que sea mi estilo. Creo que lo mío es más el relato breve.
Ya sabes lo mucho que admiro a Ray Bradbury. Creo que es el autor que mejor domina este tipo de relato. Su libro mas famoso es Cróncias Marcianas y se trata más de una serie de cuentos con Marte como protagonista que una novela completa. Eso sí, es una obra maestra de la ciencia ficción. Y algunas de sus mejores creaciones no tienen más que 10 o 12 páginas.

Lo de La historia Interminable, me refería a que a este paso se va a convertir casi en un culebrón venezolano... pero con nombres más cortos. Ese título ya está pillado, lo utilizó un escritor alemán llamado Michael Ende para crear una de las historias más bellas que he leído.. Pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión...

Nicolás dijo...

Es cierto, mi cuento favorito de Bradbury es "El cohete". Es un cuento precioso, y también es cierto, es una recopilación de pequeños cuentos que van armando esa magnífica obra. Al igual que "Los cuentos de Canterbury". Cuarenta peregrinos van hacia Canterbury Chase, en una peregrinación. Cuando llegan a una gran taberna el tabernero les propone que, para entretenerse durante el viaje, cada uno cuente tres cuentos. El que cuente el mejor cuento será premiado.
Así, cientoveinte cuentos cortos que componen un excelente libro.

Bueno... ese libro es bastante bueno... ¿Y si le pones a Isolda un medallón con dos serpientes mordiéndose las colas unas a otras? XD

Anónimo dijo...

Sí, y de paso busco un dragón de madreperla y que además de suerte, una mula que hable y un indio de la tribu de los pieles verdes... sin olvidarnos de una anciana y venerable tortuga...

A este paso los herederos de Ende me demandan por plagio. XDDD

Nicolás dijo...

Te faltó poner dos gnomos... un científico extraño y un ama de casa preocupado por la salud mental de su esposo.

Nah, siempre que hagas un discklaimer no te demandarán....

Anónimo dijo...

Y un león de colores, un laberinto de puertas, una mina de estatuas de hielo, dos esfinges y un oráculo sonoro.

Me temo que eso está todvía lejos de mis posibilidades como cuentista.

¿porque si hago una historia con un anillo único?

Nicolás dijo...

Claro, y una comitiva de nueve expedicionarios para destruirlo e impedir que un señor oscuro (que tiene siete Horrorcruxes para ser inmortal) se alíe con otro señor oscuro, servidor de Melcor, y con la bruja Blanca, y que dominen el mundo con la ayuda de Ashtran.
¿A que la historia no está buena? XD

Y el tiempo al tiempo. Dentro de veinte años, quizás, vea publicado un libro llamado "Memorias de un Hada Silvana extraviada", y me diga: "Jengibre...". Así que soñar es gratis.

Anónimo dijo...

Dentro de 20 años seré una viejectia, y me gustaría decir que contaré cuentos a mis nietos, pero como no tendré hijos, me conformaré con contárselos a mis sobrino-nietos. Y sabes, es algo que me hace mucha ilusión.

Ojala pueda llegar a ser esa viejecita que cuenta historias...

Nicolás dijo...

En una confortable habitación de Barcelona, con un chisporroteante fuego en la chimenea, mientras afuera nieva. Una amable señora sonríe a sus sobrino nietos, ellos juegan y ríen contentos.
—Cuenta una historia —pide uno.
y la abuela, con voz apergaminada asiente diciendo: «Tengo que buscar el libro, ya lo sabes. Mi memoria no es lo que era, y si queréis oír un buen cuento no puedo contároslo al vuelo».
Los niños corren presurosos hasta la estantería. La anciana señora los mira risueña. Llegan sus sobrino nietos con el viejo y desgastado libro.
La anciana lee la portada del volumen con tapas de color dorado "Memorias de un Hada Silvana extraviada".
—Esta historia —comienza la señora— es una colección de pequeñas historias que encierran grandezas dentro de ellas. Estas historias las he visto en mis inumerables viajes por el mundo, en mis incontables andanzas, y las he rescatado del olvido para que todos puedan disfrutarlas.
Los niños la siguen mirando expectantes, a que comience el primer cuento de la historia. La anciana tiene los ojos brillantes de alegría... piensa: «Ay, si supieran que esto no ha sido sólo un cuento. Si supieran que las Hadas están más cerca de lo que ellos creen...".

¿Qué te parece?

Anónimo dijo...

Nicolas,¡¡¡¡¡ES PRECIOSO!!!!

Casi mejor que escribas tú ese libro, lo haces infinitamente mejor que yo...

¿llevo unas gafitas de esas pequeñitas que se apoyan justo en la punta de la nariz? ¿y un moñito? Pero me niego a hacer crochet...
Les contaré el cuento mientras les doy la merienda. Les pondré chocolate a la taza y una enorme porción de bizcocho de almendras...

Nicolás dijo...

Vale, te hago el prólogo y el epílogo, así como la hilación entre los cuentos...
... Pero los cuentos serán los tuyos, amiga. Así que harás mucho más que yo. Y muchas gracias, escribir es sólo dejarse llevar por las palabras y sentimientos. Un torrente de emociones pasadas al papel...

Nicolás dijo...

eOH, y, bueno... no te había pensado con gafas pequeñitas... pero me figuro que te irán bien. No, no te haré tejer crochet. De hecho, yo jamás aprendí, sólo sé tejer a dos agujas... Además quedaría muy a la Mis Marple, y el objetivo es hacer algo original, ¿no?

OK, añadiré tarta de almendras y chocolate caliente, ¡de seguro que sale genial!

Anónimo dijo...

Hombre, ya sabes que adoro a Miss Marple...

No es que no sepa hacer crochet, mi abuela era una auténtica experta y tengo muchas cosas tejidas por ella en casa. Se empeñó en enseñarnos a todas sus nietas... y mi abuela era muy tenaz cuando se proponía algo. Así que durante un verano me estuvo enseñanado. Pero hace siglos que no hago nada. Nunca me gustaron las labores de aguja, se suponía que si no sabias coser, cocinar y hacer las labores de casa eras un bicho raro. Y yo siempre prefería leer a hacer todo eso.

Me gusta mas imaginarme como una ancianita moderna y marchosa...

Nicolás dijo...

Uf, pues a mi el crochet me costó horrores. Mi abuela trató de enseñármelo, pero era como escribir en el aire y no había forma de que lo entendiera. Así que me quedé (y especialicé) en tejer a dos agujas. XD

Cierto, antes se era mucho más tradicionalista con todos esos temas...
... pero tenemos la fortuna de que preferiste siempre leer. Gracias a ello hoy podemos disfrutar de historias mágicas, lo cual en mi opinión, no es poco.

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

Hoola! A ver, que parece que hay mucho que comentar:

1- Sobre Isolda (quinta parte): me ha parecido muy bien elegido el nombre de Annabel (siempre tengo problemas para elegir nombres si escribo algo xD). Y ha sido muy buena idea intercalar al final la historia de Manuel, el multiperspectivismo está muy bien llevado. Y está muy bien pensado que Isolda luche por ser como es en realidad, es algo que le pega mucho. Estás elaborando muy bien sus rasgos fragmento a fragmento.

2-Sobre los comentarios: ¡Guau! No esperaba encontrarme con tantos sólo el día después de que lo publicases. Y buenos comentarios. Muy bueno el relato de Nicolás, muy... entrañable (supongo que especialmente para Jengibre por ser la prota). Y ánimo, creo que es buena idea que cuando tengas un buen número de cuentos los publiques, no estaría mal, ¿no?

3- Me gusta la nueva forma del reproductor de música xD.

Saludos!

Anónimo dijo...

Me alegro de verte de nuevo por aquí, querido Fantasmas.

Yo también tengo problemas para poner los nombres de los personajes, por eso muchas veces no suelo ponerles nombre (véase El corazón compartido) Y Annabel me sonaba bastante pijo (y confieso que recordé una canción de Radio Futura basada en un poema de Edgar Alan Poe, Annabel Lee)

Eso de publicar un recopilatorio o antología creo que tendrá que esperar. Mas que nada porque últimamente mi producción no ha sido muy numerosa que digamos... Y digamos que no sé lo que pasará a partir del 30 de noviembre. Es posible que tenga que pasar un tiempo alejada del ordenador... y no podré escribir mas cuentos en ese periodo (no se porque sólo puedo escribir en el Word, si lo hago en un papel no hay manera de escribir nada decente).
Pero si al final tengo una antología, te aseguro que Nicolas escribe ese prólogo. Anoche cuando lo leí, me emocioné y todo.

Y gracias por opinar del diseño del blog. Como sabes, Nicolas no puede hacerlo, asi que tu valoración es muy importante para mí. El antiguo reproductor era muy soso, pero era el único que me cabía en esa plantilla. Pero por suerte, visitando otro blog vi este tipode reproductor y pensé que me quedría bien aquí. Lo he probado esta mañana y por suerte cabía en su espacio.

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

Espera, ¿por qué Nicolás no puede? Creo que me he perdido algo... ¿Es posible una aclaración?

Jeje, lo de mirar en blogs de por ahí lo hacemos todos xD. Sin ir más lejos, supongo que ya visteis hace tiempo que os copié el contador de visitas xD.

Anónimo dijo...

Nicolas no puede opinar de la parte más visual del blog porque no puede verla. Yo intenté describirle el diseño del blog, pero no es lo mismo.

Y es una parte importante para mí, porque tuve una colaboradora a la hora de elegir las plantillas y las imágenes de las hadas... mi sobrina de 4 años ¡¡¡toda una experta en hadas!!! Y se alegrará de saber que ha gustado su elección.

Bueno, el contador de visitas yo también lo copié de otro blog...

Y para finalizar este comentario, me gustaría agradecer a mis dos comentaristas el hito histórico de mi primera entrada con 20 comentarios. Muchas gracias a los dos, de corazón.

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

Hay un error en tu último comentario: creo que donde pusiste "20" querías poner "21" xD.

Anónimo dijo...

¡¡¡Bien, un nuevo record de comentarios!!!

Esto hay que celebrarlo, por eso ¡¡¡¡Una ronda de hidromiel para todos!!!

Nicolás dijo...

¿Alguien dijo hidromiel? ¡Jengibre! ¡Cuenta conmigo! Que siempre viene bien una nueva fiesta para celebrar... Traje a los amigos Elfos, a los duendes, enanos y gnomos, tenemos un fantasma que nos puede traer espectros, y traje a las Hadas Salamandras. No, nada de sirenas por ahora.

¡Veintitrés comentarios! La verdad, esto es un hecho histórico!!! ¡Me sumo a la fiesta!e

Andy dijo...

¡Hola!
Decidí pasarme por tu blog, que sepas que es porque Fantasmas te hace publicidad gratuita, no sabía en principio que tú también escribias. Así que leí la historia de Isolda, por el momento, no leí nada más, pero visto lo visto voy a intentar leer las otras historias que tienes. Es una historia muy bonita, del estilo de La orden de la academia spence, en algunos aspectos,( en otros no ,claro). Cuando acabe mi carrera te pediré, respetando tus derechos de autora (xD) que me dejes leerle los cunetos a los niños (hago magisterio infantil) son muy bonitos, incluso las fotos y las frases... Un blog muy bonito en definitiva. y no pienses que te hago la pelota..xDD
¿ Eres escritora o algo?

Anónimo dijo...

¡¡¡Bienvenida a este pequeño rincón!
Andrea, me alegro de verte por aquí.

No, no soy escritora. La verdad es que soy novata en estas lides. Hace muy poquito que empecé a escribir estas pequeñas historias, casi por casualidad. Tengo una sobrina de 4 años a la que le gustan muchísimo los cuentos. Siempre me pedía que le contara uno, así que se puede decir que ha sido gracias a ella. Además, cuando creé el blog, ella me ayudo a elegir las plantillas y algunas de las imágenes de hadas.

La mayoría de las imagenes son de una pintora americana que se llama Jasmine Becket. Y es muy buena. Si clicas en cualquiera de los dibujos es un enlace con su página y puedes visitar su galería. Te aseguro que vale la pena.

Y estaré encantada de que leas los cuentos a los niños si así lo deseas. Creo que ellos son los auténticos expertos.

¿La orden de la academia Spence? Me temo que no he leído ese libro.

Lo dicho, muchísimas gracias por pasarte por aquí.

Fantasmas, a tí también muchas gracias por esa publicidad que me estás haciendo. Y también por darle vida a este blog.

Os habéis ganado un rinconcito en este pequeño mundo.

Namarië.

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

¿La orden de la qué? No me suena de absolutamente nada...

xD

Andy dijo...

Tu siempre criticando, Fantasmas...xD

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

Tú siempre criticando, Andrea... xD

Anónimo dijo...

Chicos, chicos... no discutáis...

Creo que lo de la Academia de Spence son una serie de libros. Pero no los he leído. Para el internado me he inspirado un poco en unos libros que leía de niña (allá por la edad de piedra) que se llamaban Torres de Mallory, de la escritora Enid Blython. Esta escritora es famosa sobretodo por los libros de Los Cinco. Pero también me ha influenciado mucho La Sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón.

Y gracias a todos voy a batir un record ¡¡¡¡29 comentarios en una entrada!!!

Hidromiel para todos.

Nicolás dijo...

¡Edad de piedra ¿Jengibre?! Vamos, que aunque seas un Hada no has podido convivir con dinosaurios y australopitecus. XDDDD

¡Treinta comentarios! ¡Más hidromiel!

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

¡31 comentarios!

Las Torres de Mallory me suena, y además suena como muy literario no? xD. Los Cinco sí que sé quiénes son, cómo no! Y además, mi hermano pequeño solía ver ahí atrás una especie de serie que se había hecho (vería tres o cuatro capítulos, no creo que más).

Anónimo dijo...

Bienvenido de nuevo Fantasmas.

Enid Blyton era una escritora muy prolífica, a parte de la serie de Los cinco y Torres de Mallory tenía muchas más. A mí me gustaban mucho. Y sí, la BBC hizo una serie basada en las Aventuras de los Cinco, yo la veía. Pero no sabía que la habían vuelto a emitir. Lo que si sé es que salió al mercado una colección de los libros.

Me acabas de dar un tema para tratar en Cajón desastre. hablaré de los libros infantiles de mi infancia. Me temo que me estoy convirtiendo en una especie de abuelo cebolleta contando batallitas...

Andy dijo...

Yo si leí algún libro de Torres de Mallory, pero como sólo tenía dos, pues eso, leí sólo dos..xD

Anónimo dijo...

¡¡¡Eso si que no me lo esperaba!!!
Creía que Torres de Mallory estaría descatalogado o algo por el estilo...
Porque la verdad es que ya tiene unos añitos, y Los cinco siempre fueron mucho más famosos.

Gracias por pasarte por aquí.

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

Dices que no sabías que la habían vuelto a emitir: de hecho, los que vio mi hermano eran de un DVD de el hijo del vecino xD.

Abuelo cebolleta xD

Anónimo dijo...

¡¡Que tonta!! Supongo que han sacado la serie en DVD, como han hecho con muchas otras series. ¿Cómo no se me ocurrió?

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Nicolás dijo...

Saliendo un poco del tema del cuento (y antes de perder la oportunidad)...

... Jengibre, esto el jefe de verdad que lo consideraría como un regalo de Blogger. Quiero darle la bienvenida al nuevo visitante. Ejém... si me permitís...

Bienvenido al blog, irracional anuncio publicitario en inglés. Y perdona por lo de "irracional", no va con mala onda, te lo aseguro, es que tú mismo te has puesto ese calificativo. Véase mayor ejemplo de absurdancias incoherentes que he encontrado en mi vida: dejar un anuncia publicitario (spam) en un blog... que está en el idioma distinto al idioma del susodicho blog. Maravilloso, macho, luego te preguntarás porqué no has logrado expandir el producto.

Bienvenido con muchas carcajadas, pero tranquilo, no nos reímos de ti, sino contigo... O vamos, nos reímos del que tuvo la brillante idea.

P.S. A ver si con esto dejan de colgarlos.

Nicolás dijo...

eP.P.S. ¡Joder! ¡Que no está en inglés, sino en portugués! Entonces me retracto: Bienvenido al blog, irracional y engañosos anuncio tonto publicitario en portugués. Pero juraría que aquí había algo en inglés...

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