
Hoy hace un año que esta bitácora iniciaba su aventura. Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo. Juraría que fue ayer mismo que me estaba "peleando" con la tecnología para elegir plantillas y colores para vestir este pequeño rincón. Una bitácora que ha ido creciendo y transformándose cada día. Algo que empezó casi como una locura se está convirtiendo en una fuente de alegrías y satisfacciones para mí. Gracias a él he conocido a mucha gente maravillosa que me ha dado muchísimo cariño, y que me ha aportado mucho más de lo que yo os haya podido dar a vosotros.
Había pensado celebrar este primer aniversario con un cuento nuevo, pero parece ser que la vida tenía otros planes. Mi vuelta al trabajo tras casi año y medio de baja ha sido más problemática de lo que había pensado. Apenas tengo tiempo ni para respirar. Por eso he estado más tiempo del que me habría gustado, alejada de mi pequeño mundo. Pero no por eso voy a dejaros sin un cuento. Creo que la mejor manera de celebrar este aniversario es volviendo a publicar aquella primera entrada, la que dio lugar a esta maravillosa aventura que tanta felicidad me ha dado.
Quiero agradeceros a todos vosotros vuestro apoyo, vuestro cariño y vuestra amistad. Porque vosotros sois el corazón de este país de fantasía. Sin vosotros nada de esto tendría sentido.
Y quiero agradecer especialmente a tres personas que fueron las "comadronas" de este proyecto. En primer lugar a Nicolás, pionero en el mundo de los blogs y que fue quien me animó a empezar en esto de la blogosfera. En segundo lugar a mi sensei, por leer mis primeros desvarios literarios y por animarme seguir escribiendo. Y por último a mi abuelo, por todos los cuentos que me ha contado cuando era niña, por los que me ha susurrado y que han terminado dando vida a este blog y por los que me seguirá inspirando.
Y para finalizar quiero brindar con todos vosotros, lectores y seguidores, amigos todos. Gracias por un año maravilloso.
SÁBADO 20 DE JUNIO DE 2009
El hada Jengibre
Hola, muy buenos días a todos los que os aventuráis en este blog que acaba de nacer, sed bienvenidos. Aquí encontrareis pequeños cuentos y relatos, todos con un denominador común, la fantasía, la magia, la ternura… todas esas cosas que tan olvidadas tenemos en este mundo nuestro tan gris y frío. Quisiera que este mi pequeño mundo fuera una isla de luz, color y calor.
Pero dejadme que primero me presente. Me llamo Jengibre y
soy un hada silvana, nací en el Bosque de los Unicornios, en una luminosa mañana de octubre, el mes más bello, cuando el bosque brilla y resplandece con los colores del otoño, un estallido de verdes, marrones, naranjas, amarillos sembrando de color todo el bosque. Donde las hojas que han caído cubren como si de una alfombra se tratase todo el suelo, sirviendo de sustrato para que surjan las más bellas y a veces letales setas, que sirven de hogar para los diminutos duendecillos (sobretodo las bellísimas amanitas, con sus sombreros rojos y blancos). Se cuenta que todas las hadas de los bosques nacen en octubre, y que por eso guardan dentro de sí el calor de los últimos rayos de sol del verano, los bellos colores del otoño, pero también los primeros fríos del invierno, lo que las hace seres tremendamente cambiantes y complicadas, pues pueden pasar de la risa al llanto en segundos, o de mostrarse apasionadas en un segundo y al siguiente extremadamente gélidas.
Nuestra especie es la guardiana del bosque, pero sobretodo somos las guardianas de los unicornios, las criaturas más puras y mágicas de todos los universos. Por cada uno de ellos que nace, nace un hada que a partir de ese momento se convierte en su guardiana. También somos las hadas más tímidas y reservadas de todo el país de las hadas.
Yo también tenía mi propio unicornio, un bellísimo ejemplar de color plateado, que además era tan curioso y travieso como yo (algo rarísimo en seres tan reservados). Juntos nos gustaba recorrer todo el bosque, llegar hasta sus límites e imaginar como sería la vida más allá de los bosques.
Supongo que os preguntaréis como he terminado en este mundo ¿verdad? Sí a veces yo también me hago esa pregunta. Digamos que era demasiado curiosa, mi bosque se me quedaba pequeño, quería explorar otros lugares y otros mundos, y vuestro mundo siempre ha ejercido una fascinación muy especial sobre nosotras. Y aquí estoy, contando mis historias y vivencias a todo aquel que las quiera escuchar.