MARINA
Mar armonioso,
mar maravilloso:
tu salada fragancia,
tus colores y músicas sonoras
me dan la sensación divina de mi infancia,
en que suaves las horas
venían en un paso de danza reposada
a dejarme un ensueño o regalo de hada.
Mar armonioso,
mar maravilloso,
de arcadas de diamante en que se rompe en vuelos
rítmicos que denuncian algún ímpetu oculto,
espejo de mis vagas ciudades de los cielos
blanco y azul tumulto
de donde brota un canto
inextinguible:
mar paternal, mar santo:
mi alma siente la influencia de tu alma invisible.
Velas de los Colones
y velas de los Vascos,
hostigadas por odios de ciclones
ante la hostilidad de los peñascos:
o galeras de oro,
velas purpúreas de bajeles
que saludaron al mugir del toro
celeste, con Europa sobre el lomo
que salpicaba la revuelta espuma.
Magnífico y sonoro
se oye en las aguas como
un tropel de tropeles,
¡tropel de los tropeles de tritones!
Brazos salen de la onda, suenan vagas canciones,
brillan piedras preciosas,
mientras en las revueltas extensiones
Venus y el Sol hacen nacer mil rosas.
Rubén Darío.
Mar armonioso,
mar maravilloso:
tu salada fragancia,
tus colores y músicas sonoras
me dan la sensación divina de mi infancia,
en que suaves las horas
venían en un paso de danza reposada
a dejarme un ensueño o regalo de hada.
Mar armonioso,
mar maravilloso,
de arcadas de diamante en que se rompe en vuelos
rítmicos que denuncian algún ímpetu oculto,
espejo de mis vagas ciudades de los cielos
blanco y azul tumulto
de donde brota un canto
inextinguible:
mar paternal, mar santo:
mi alma siente la influencia de tu alma invisible.
Velas de los Colones
y velas de los Vascos,
hostigadas por odios de ciclones
ante la hostilidad de los peñascos:
o galeras de oro,
velas purpúreas de bajeles
que saludaron al mugir del toro
celeste, con Europa sobre el lomo
que salpicaba la revuelta espuma.
Magnífico y sonoro
se oye en las aguas como
un tropel de tropeles,
¡tropel de los tropeles de tritones!
Brazos salen de la onda, suenan vagas canciones,
brillan piedras preciosas,
mientras en las revueltas extensiones
Venus y el Sol hacen nacer mil rosas.
Rubén Darío.
6 comentarios:
Que me gusta leer en voz alta estas selecciones tan acertadas qeu nos traes.
Buena semana, amiga, besos
Me alegro que te gusten. Los poemas de Rubén Darío tienen algo muy especial. Y este me gustó, cuando lo lees puedes oler el salitre, sentir el murmullo de las olas, notar la brisa en la cara aunque estés a mil kilómetros del mar más cercano. Una maravilla.
Me gustaría escribir alguno propio, pero me temo que no nací con el don de la rima.
Buena semana para ti y besitos de jengibre.
Hola Hadita preciosa...
Maravilloso el poema de Ruben Dario, todo una belleza dedicado al mar, una maravilla de la naturaleza, que como bien dices, el olor de su salitre y el ruido de las olas, llega hasta este punto que no tenemos mar.. Gracias por dejarme volar la imaginación a este bello lugar.
Un besote linda niña...y buenas noches
¡Ey, este no lo conocía! Siempre me ha gustado mucho el mar, así que me gustan especialmente las dos primeras estrofas y su relación con la infancia y tal. Luego la tercera ya es más... no sé, de piratas y eso. Evoca otro tipo de sentimientos.
Sigue con la sección de poemas, nunca viene de más conocerlos cuando, como yo, no tenemos una gran cultura en poesía.
Hola Balovega.
Perdón por el retraso, ayer no fue uno de mis mejores días.
Rubén Darío era capaz de creare magica sólo con las palabras.
Si con esta entrada he conseguido que tu imaginación te lleve al mar, ya soy feliz.
Besitos de jengibre.
Hola Fantasmas.
Me alegro que te guste este pequeño rincón. Creo que un poco de poesía nunca viene mal. Iré alternando los autores románticos con otros de otros estilos.
Besitos de jengibre.
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