viernes, 21 de agosto de 2009

El ave Fénix.



Hoy voy a contaros una de las más bellas y tristes leyendas de todo el país de las hadas. Se trata de la que narra el nacimiento de la criatura más especial y mágica de mi país; el Ave Fénix. Un hermoso pájaro de plumas de color rojo y dorado, que tiene la particularidad de que cuando siente que está próximo su fin, estalla en llamas. Y de esas cenizas, resurge otra vez, más bello que antes.


Habitan en la Tierra del Fuego, una cordillera formada por los mayores volcanes de mi país. Concretamente, en el mayor volcán de todos, el hogar del Dios del Fuego. En donde, además, moran las hadas salamandras, las guardianas del fuego sagrado, las hadas más apasionadas de todas nosotras.

Cuenta esta leyenda, que el primer ave-fénix surgió cuando un hada salamandra, la más bella de todas, se arrojó al fondo del volcán, con el corazón destrozado por un mortal del que estaba profundamente enamorada.

Según esta antigua historia, el dios del fuego amaba locamente a esa hada, pero ella no le correspondía y solo soñaba con abandonar su hogar y vivir como los mortales. Tan grande era su amor por ella, que odiaba verla así, suspirando por una vida vulgar, en lugar de compartir la grandeza que él le ofrecía.
Por eso le concedió su deseo y aunque se le rompía el corazón al despedirse de ella, la vio marchar tan feliz, que se consoló pensando que por fin hallaría
la felicidad que tanto había buscado.

Ella vivió feliz, se había cumplido su sueño y además estaba enamorada de un joven príncipe, tan apuesto y valiente, que sólo verlo robaba el corazón.

Fue un amor a primera vista. Todo parecía sonreírles, hasta que la Reina-madre se enteró de la inconveniente pasión de su hijo. Porque, ¿qué príncipe, en
su sano juicio, pierde así la cabeza por una joven cualquiera?

La Reina intentó de todo para separar a los amantes, pero su hijo estaba muy enamorado y no quería dejarla. Pero la soberana tenía armas escondidas. Encargó a su médico real que le preparara una poción especial para que se olvidara para siempre de esa joven de la que estaba tan enamorado. Y así fue, el joven bebió la poción, astutamente mezclada con el vino de la cena… y al despertar a la mañana siguiente, había olvidado todo. Momento, que su sagaz madre aprovechó
para envenenar su mente diciéndole que esa chica era en realidad una bruja malvada que quería encandilarlo y seducirlo para que, una vez fuera su esposa, ella pudiera eliminarlo y ocupar el trono. Además le convenció de que en realidad estaba enamorado de una joven princesa de un país fronterizo, del que interesaba tener como aliado.

El confundido y hechizado príncipe se reunió con la pobre hada, que nada sabía de lo que había pasado; y fue tan cruel con ella… Le dijo palabras tan horribles,
que ella, incapaz de soportar el dolor, suplicó delante del fuego del hogar, poder volver al país de las hadas. El dios del fuego, enternecido por sus
lágrimas y su sincero dolor, volvió a llevarla a la Tierra del Fuego, siendo de nuevo un hada salamandra.

Pero desgraciadamente, no podía olvidar todo lo que había vivido junto a su amor. Los tiernos momentos compartidos, sus dulces besos y esas palabras de
amor que un día le dedicara, y que ella había creído eran sinceras. Y esos recuerdos eran todavía más dolorosos que las duras palabras que le habían roto
el corazón. Por eso decidió arrojarse al fondo del volcán, y que el fuego consumiera su alma y su dolor.

Y cuentan que el amor que el dios del fuego sentía por ella fue lo que le hizo recoger las cenizas de esa pobre hada y de ellas surgió el hermoso pájaro
que hoy es el Ave Fénix. Pero hay quien cuanta que en realidad el Fénix no surgió de las cenizas del hada, sino más bien porque, y aunque ella lo ignoraba,
estaba embarazada del príncipe cuando volvió al país de las hadas, y que el fénix se trataba en realidad del hijo que llevaba en su seno. Y quizás sea así, porque el hogar del Fénix es justamente el volcán del Dios del fuego

2 comentarios:

Nicolás dijo...

Hola, hola. He regresado por este mágico mundo de fantasía y misterio, por este lugar fantástico, por el mundo de las hadas. Para escuchar una historia de mano de mi hada favorita. Te felicito nuevamente por este gran y hermoso cuento, que es una bella y entristecedora leyenda. Eres una gran narradora, sigue así que vas bienencaminada. Me has hecho sentir la tristeza del hada salamandra, y la temática del cuento me ha logrado capturar. Porque soy adicto a los fénix, y creo en ellos más que en ninguna otra criatura mitológica, a exepción de las hadas, claro. Son mis criaturas favoritas, y me has dado en mi fibra sensible con ese cuento. Lo dicho, felicitaciones y ¡Sigue así!

Anónimo dijo...

Querido Nícolas, que alegría verte de nuevo por aquí.

Yo también adoro a los fénix, creo que son las criaturas más bellas que habitan en mi país.

Sí, el hada salamandra fue muy desgraciada, pero en el fondo fue muy cobarde. Si tanto amaba al príncipe, ¿porqué no luchó por su amor? Y una vez de vuelta en el país de las hadas, siguió viviendo en el pasado, en lugar de rehacer su vida. Y optó por la solución fácil. A mi el que de verdad me da pena es el Dios del fuego, que a pesar de amarla y a pesar de que se le rompía el corazón, la dejó marchar por que ese era su deseo. Y cuando ésta le suplica volver con el corazón destrozado, él no le dice que ese fue su deseo y que se aguante,no, se apiada de ella y la devuleve al país de las hadas. Su amor sí que era sincero.

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